[Estas preguntas fueron realizadas por l@s herman@s de Somos una América: Abya Yala cuando un@ de ell@s vino a visitarnos a Casa de Paz en Oakland, California. Este es mi intento de contestarles.]
1. ¿Cuál consideras que es la vigencia de la Noviolencia como práctica cotidiana y política (desde la ética) para la transformación y humanización del Planeta Tierra?
8. Agricultura Orgánica, Veganismo y Noviolencia, ¿cómo entiendes esa triada visible en Casa de Paz?
1. ¿Cuál consideras que es la vigencia de la Noviolencia como práctica cotidiana y política (desde la ética) para la transformación y humanización del Planeta Tierra?
No podría ser más vigente. Ahora más que nunca es cuando necesitamos encarnar valor, humildad, sabiduría y amor radical, todo al mismo tiempo. Para empezar, y para que nos entendamos, déjame explicar por qué la verdadera noviolencia no es dos palabras sino sólo una:
AHIMSA (noviolencia) no es sólo la ausencia de violencia, no es simplemente la negación de hacer daño, sino que es algo infinitamente mayor: es cuando nuestro corazón está tan lleno de amor, tan lleno de valor, de perdón, de generosidad, de amabilidad y de compasión, que ya no hay lugar para el odio, el resentimiento ni la violencia. No es algo negativo doble sino que es algo ¡POSITIVO SUPERLATIVO!
La noviolencia es un llamado a desobedecer leyes, tratados e instituciones inhumanas; es un llamado a obedecer la ley del amor; es un llamado para no controlar el enojo, si es que se manifiesta, sino expresarlo con disciplina para tener máximos efectos; es una fuerza positiva; es amor en acción; es los pensamientos que tenemos, las palabras que usamos, las cosas que hacemos, la ropa que nos ponemos, la comida que comemos… ¡es un modo de vida!
Dicho esto, es mi más profunda intención que podamos mantener el movimiento no no-violento sino noviolento. La noviolencia de Gandhi, la noviolencia de Martin Luther King Jr., la noviolencia de César Chávez, de Dolores Huerta, de Aung San Suu Kyi… la noviolencia que nos hace valientes e imparables.
En otras palabras, abrazar este tipo de práctica nos acerca más a convertirnos en ciudadan@s y campesin@s del Mundo, cuidando no sólo de la humanidad, sino también de la Tierra misma, porque nosotr@s somos parte de ella.
2. ¿En el país más consumista del mundo, donde millones de desposeídos de ojos claros y pieles blancas han perdido sus hogares y trabajos, y viven dependientes de drogas farmacéuticas QUÉ perspectivas de cambios estructurales puedes percibir, sentir?
Para mí ya no existen los países. Si existe un país, ese es la Tierra misma. Si podemos empezar a borrar las fronteras en nuestras mentes y corazones, será más factible que empecemos a borrar las fronteras sin sentido que ponemos en el suelo. Sin países, pero apreciando nuestras diferentes culturas, esto es, honrando la unidad al nivel del corazón pero la diversidad al nivel de la superficie, entonces nos daríamos cuenta que lo que está pasando en la parte del Planeta que llamamos E.U.A (o más bien, en la parte norte de la parte del Planeta que llamamos Abya Ayala) no existe una cultura sino un síndrome consumista de avaricia insaciable.
Un cambio estructural y espiritual muy importante, si no es que el más fundamental, se empieza a dar cuando reconocemos que la forma en la que el gobierno impuesto en la parte de la Tierra que llamamos Estados Unidos se dio por medio de: 1) el genocidio más grande en la historia de la humanidad (cerca de ~60 millones de Indi@s American@s fueron asesinad@s); 2) se les robó y despojó de la tierra en donde vivían; y 3) ahora en la mayoría de las escuelas y universidades se dicen mentiras de cómo fueron asesinad@s y de cómo se les robó la tierra.
Este es un cambio subversivo de la narrativa, una alternativa del susodicho “sueño americano”, que más bien se ha tornado en una “pesadilla planetaria”.
Una manera de empezar a sanar, la viví cuando filmamos la película de Dakota 38. Es una historia donde podemos ver la generosidad del espíritu humano sin importar el color de nuestra piel. Una alternativa a la violencia y drogas. La alternativa se llama amistad, fraternidad, en otras palabras, amor universal. Una vez anclad@s en este amor, será fácil acabar con el nuevo Jim Crow y su criminalización/encarcelamiento masivo de seres humanos que se beneficia y hace ganancia del sufrimiento humano. Por eso es de vital importancia que sepamos que nuestra moneda (que nunca se termina) es el amor fraternal y que además tenemos de nuestro lado a la fuerza de la vida misma.
3. La parte del Planeta que llamamos Estados Unidos tiene una larga y fuerte tradición de lucha social sustentada en la Noviolencia para ampliar la “democracia” conservadora y racista impuesta por los señores de la guerra, el sistema financiero y el capitalismo como doctrina ideológica. HOY ¿Cómo cambiar la parte del planeta que llamamos EUA que nos usa desde la Noviolencia?
Exactamente. Esta es la noviolencia del débil.
El problema radica en querer seguir teniendo un Estado, partidos políticos y cambiar a otr@s en lugar de emprender un esfuerzo serio en el auto-gobierno de cada persona para poder tener una anarquía iluminada en el exterior. Aquí la importancia de la meditación y el silencio receptivo para identificar y compostear pensamientos y emociones negativas, y cultivar estados positivos de la mente. Esto nos da la claridad de co-crear alternativas a la doctrina neoliberal (que asesina a nuestra madre Tierra) y fomentar colaboraciones alineadas con la vida en este hermoso planeta.
Gandhi, Vinoba y Gora (un ateo que vivió y trabajó muy de cerca con Gandhi para erradicar la locura de la casta de “intocables”) muchas veces dijeron, después de la independencia de la parte del Planeta que llamamos India, que era necesario deshacer los partidos y el congreso y regresar a los pueblos y al campo para vigorizar la vida en las aldeas con localismo radical. Y cito a Gandhi en sus últimos años:
“El poder político, en mi opinión, no puede ser la meta final. Es uno de los medios usados por las mujeres y hombres para su beneficio integral. El poder para controlar la vida nacional a través de representantes nacionales es lo que es llamado poder político. Los representantes serán innecesarios si la vida nacional se convierte tan perfecta como para auto-controlarse. Entonces esto será un estado de anarquía iluminada donde cada persona se convierte en su propio gobernador. Ella o él se va a comportar de tal manera de que no dañará el bienestar de sus vecin@s. En un Estado ideal no hay una institución política y, luego entonces, no hay poder político. Esta es la razón por la cual Thoreau dijo en su cita típica que el gobierno es mejor cuando gobierna lo menos posible.”
Hoy en día y con todos los desmanes del síndrome occidental, para mí el mejor gobierno es el que no existe, sólo existe en nuestras mentes balanceadas y atentas.
Esta, querido hermano Jorge Andrés, es la anarquía del fuerte, o lo que es lo mismo, la noviolencia de la fuerte como la de Emma Goldman que enfatiza, también en sus últimos años de vida (en sigue la ley del amor), la importancia de los medios para hacer revolución:
“No hay mayor falacia que la de creer que los fines y propósitos son una cosa, mientras que los métodos y las tácticas son otra. […] Todas las experiencias humanas nos enseñan que los métodos y los medios no pueden separarse de la meta final. Los medios empleados se convierten, a través del hábito individual y la práctica social, completamente en el propósito final.”
4. Casa de Paz da ejemplo de trabajo comunitario en un barrio de migrantes en su mayoría latino envuelto en niveles altos de violencias y muertes criminales juveniles… ¿Cómo explicas tu lucha desde Oakland para derrumbar todas las fronteras?
El Área de la Bahía (Palo Alto, el valle de silicón, San Francisco, Berkeley, Oakland, Richmond, Marin…) en California es uno de los puntos con más diversidad cultural, religiosa, intelectual y espiritual que tiene la Tierra actualmente. También aquí existen unos recursos naturales muy grandes y una riqueza financiera que a veces se torna obscena. Y es aquí también, en el corazón del imperio, donde uno no puede voltear la cabeza o meterla en la tierra como avestruz cuando la bestial violencia e injusticia social se deja venir en la gente que acá en este síndrome occidental le llaman “de color”. Esto es mayormente indígenas, africo-american@s y latin@s.
Aquí en Oakland, sobretodo en el Este de Oakland, en Fruitvale donde vivo, no cabe duda que este sistema neoliberal capitalista esta roto, podrido y no funciona para la mayoría de nosotr@s, el 99.9% de la población, ólvidate de la parte del Planeta que llamamos EUA, sino que no sirve para el Planeta entero.
Es aquí en lugares como Oakland, en particular en el Este, donde la pandilla institucionalizada de la policía muestra sus colores verdaderos al acosar a nuestr@s jóvenes y jovenas, a nuestra clase trabajadora y a la gente sin casas. Es aquí donde esta pandilla está en guerra con las otras pandillas de latin@s y africo-american@s para mantenernos distraíd@s de la verdadera lucha por acabar con la injusticia ecológica y social. Es aquí donde el imperio destruye familias de migrantes (que han dado todo de sí mism@s durante décadas) al dejar huérfan@s a sus hij@s (hay veces que las ciaturas no llegan ni a las 4 años de edad) cuando la policía y la migra deporta a sus madres y padres sin piedad, disque porque no tienen “papeles” pero sus hij@s son ciudadan@s de esta parte del Planeta porque nacieron aquí, así que a l@s pequeñ@s si les dejan quedarse. Es aquí donde la mayoría de los hombres africo-americanos (y latinos también) están encarcelados al menos una vez en su vida y donde se les asesina sin piedad, como a Oscar Grant (el Michael Brown de Ferguson en Oakland) cuando tenía 22 años de edad y una hija de 5 años.
Es estúpido generar y plantar este tipo de resentimiento y dolor en el corazón de nuestr@s niñ@s en lugar de estar sembrando amor, semillas de curiosidad y asombro por las maravillas de la vida.
Un sistema/gobierno que está fundamentado en avaricia, consumo y violencia es más feroz y se muestra descarado en nuestras vidas diarias. Es aquí donde la injusticia económica, ecológica y social se respira en las calles con licorerías, drogas, prostitución y comida transgénica llena de pesticidas y fertilizantes.
Y es también aquí donde podemos practicar ser felices y libres a pesar de todo esto. Es aquí donde la gente sigue haciendo contacto visual con sus vecin@s y donde las raíces culturales de cómo amar y respetar a la Tierra se asoma en algunos jardines del barrio. Es aquí donde podemos vivir sin documentos y sin miedo como campesin@s y ciudadan@s del Mundo. Es aquí donde podemos desobedecer con gran amor a la policía y todas estas instituciones obsoletas. Es aquí donde nos volvemos tan felices, tan alegres, tan llen@s de valor, que nuestra mera existencia es un acto de rebelión y de verdadera (r)evolución.
Sobretodo si alineamos nuestra mente con lo que decimos y lo que hacemos.
¿Cómo podemos vivir como campesin@s y ciudadan@s del Mundo en el siglo XXI?
Para empezar, estamos aquí sin pedirle permiso al gobierno impuesto en esta parte del Planeta; en un barrio supuestamente “peligroso”, en Casa de Paz nunca cerramos la puerta y si el clima lo permite, dejamos la puerta abierta de par en par; en un mundo consumista y centrado en el patrón egoísta, aquí practicamos generosidad y regalamos todo lo que tenemos sin esperar nada a cambio, que va desde verduras y fruta orgánica hasta tapetes de yoga, cojines de meditación, libros, nuestra energía y tiempo; cuando explota la violencia y se manifiesta en nuestras relaciones personales, no le llamamos a la policía sino que salimos a la calle para ser presencias de paz y compresión y luego nos reunimos como comunidad; en una ciudad llena de lotes baldíos sin uso, llenos de basura, nosotr@s les limpiamos y les convertimos en jardines y granjas urbanas sin permiso de las autoridades más que la autoridad del Amor Universal; en un mundo de prisas y carreras y comida rápida, nosotr@s en Casa de Paz nos sentamos en silencio receptivo al menos dos veces al día y ofrecemos un lugar de paz donde la gente puede venir a rezar en silencio, a contemplar o a meditar y fomentamos que la gente cocine su propia comida sabrosa y saludable llena de mucha calma y amor; en una sociedad enferma de desconfianza entre vecin@s, a nosotr@s las mamás nos confían a sus hij@s a veces hasta menores de 2 años para que juguemos y aprendamos junt@s; en un mundo que se basa en transacciones y moneda convencional, nosotr@s servimos sin esperar nada a cambio y nos basamos en la ecología del regalo porque nuestra moneda es el amor, el valor y la libertad total del espíritu humano.
En este sistema sin alma, lleno de violencia física, emocional, estructural, intelectual, mental y espiritual, somos una anomalía. Y esta anomalía se llama: AMOR.
Amor radical que muchas veces no se entiende por lo subversivo que es.
Aquí en la avenida 36 donde está Casa de Paz, las fronteras y etiquetas más difíciles de borrar son las que creamos en nuestras mentes y corazones. Este amor radical es una gran goma de borrar para regresar a nuestro estado natural: nostr@s tod@s somos la Tierra misma y no necesitamos ni de pasaportes ni de visas para reclamar nuestro derecho inalienable de ¡caminar libres en la Tierra! 🙂





Como mencionaba anteriormente, estamos tratando de regresar a las costumbres de la familia. Muchas veces le llamamos “el Poder de la Abuela” o de algún familiar. Por ejemplo, si tuvimos la fortuna de conocer a nuestra abuela (o para propósitos de este ejemplo cualquier persona adulta que se encargó de alimentarnos) y alguna vez fuimos a comer a su casa cuando éramos niñ@s, imagina que después de comer platillos deliciosos y tu postre favorito, muy satisfech@ sobándote la panza de placer le dices y preguntas: “¡Que rico estuvo todo Abuela! ¡Delicioso! ¿Cuánto te debo?”
En mi experiencia esto hubiese sido casi como una ofensa porque el amor en familia no tiene precio. Y este sentimiento de fraternidad se repite también en infinidad de otras culturas. Este amor sin precio, invaluable, es universal.

Hemos estado sorpredid@s de saber que gente que ha vivido por más de 20 años en la misma cuadra y que, sin embargo, no se habían conocido hasta ahora.
Este experimento, que le llamamos FrutaGift (RegaloFruta), es un pretexto para conocernos más como vecin@s y, al mismo tiempo, utilizar comida saludable sin pesticidas, ni fertilizantes, ni transgénicos como instrumento para seguir fortaleciendo el tejido social y la confianza entre nosotr@s.
7. Tu dices que todo acto humano es un acto de amor. ¿Cómo explicas y entiendes las guerras y sus intereses?
A lo que me refería es al espectro del amor que va desde un amor con una vista muy estrecha y muy limitado (digamos el interés del bienestar sólo de mi familia biológica o amigos o inclusive sólo mis propios intereses), hasta un Amor con una vista amplia, panorámica, que incluye a tod@s, incluidos los animales no-humanos.
Entiendo que el amor limitado está íntimamente relacionado con NO tener mecanismos de retroalimentación. Esto va desde agotar los nutrientes de la tierra fértil, promover tratados de libre comercio que destruyen culturas ancestrales, promover transgénicos que atentan en contra de la vida de los polinizadores y tod@s nostr@s, hasta asesinar periodistas/activistas (como l@s herman@s Ruben Espinosa y Nadia Vera) y la promoción de armas nucleares. Si las personas que toman la decisión, por ejemplo, de acabar con la vida de un sólo ser humano (ya ni qué decir de miles de vidas o millones de ellas incluidos los ecosistemas) estuvieran en contacto directo con las consecuencias de esta decisión, muy seguramente habría un cambio y una fuerte influencia en su siguiente decisión.
Esto es, cuando estamos conscientes de la enorme interconexión que existe en la Tierra en su totalidad, vemos que cada acción que hacemos contribuye, o no, a un Planeta más armonioso. Con esta interdependencia nos damos cuenta de que el amor en su máxima expresión, al ir más allá de la autocomplacencia y el egoísmo, se vuelve amor total y, luego entonces, verdadero.
Nosotr@s, l@s campesin@s, indígenas y ciudadan@s del Mundo, somos esos puentes que hacen la retroalimentación imposible de evitar mientras existamos en esta Tierra.
Espero que no sea demasiado tarde, pero es probable que con mejores mecanismos de retroalimentación a los actuales, empecemos a migrar de una vida centrada en un@ mism@, en nuestr@s amig@s y familia, a una vida centrada en el servicio sin esperar nada a cambio, centrada en el amor a tod@s, una vida centrada en la fuerza de la vida misma que, por su naturaleza desde luego, incluye a nuestra amig@s y familia.
Esta clase de Amor con gran perspectiva, que es amplio y universal, lo expresó Albert Einstein con mucha claridad:
8. Agricultura Orgánica, Veganismo y Noviolencia, ¿cómo entiendes esa triada visible en Casa de Paz?
Todo es parte de lo mismo: noviolencia integral. Si ponemos atención en cómo tratamos a la tierra y a los millones de microorganismos en ella; si notamos el florecimiento sin esfuerzo y natural de los ecosistemas libres de pesticidas y fertilizantes; si observamos cómo nuestros cuerpos se curan y fortalecen al comer frutas y verduras frescas orgánicas y locales; si podemos tener dietas veganas saludables (si nuestra bioregión lo permite) sin la necesidad de causar sufrimiento a otros seres; si percibimos la sutileza de cómo nuestra mente y alma se enriquecen con este tipo de alimento; si estamos en relación íntima y constante con las prácticas de cómo sembramos, cosechamos y cocinamos esta comida; entonces vemos que nuestra sabiduría no puede apoyar sistemas de explotación basados en la devastación de la tierra e intoxicación de nuestros cuerpos, sino que honramos la sagrada unión entre la tierra, el alma y la sociedad.
Mi hermano Chris Moore-Backman (quien como protesta a las guerras imperialistas no ha pagado impuestos por muchos años al gobierno impuesto en esta parte del Planeta; quien ha trabajado como acompañante en San José de Apartadó en la parte del Planeta que llamamos Colombia; quien no usa automóvil; y quien trabaja muy cercanamente con la hermana Michelle Alexander), dice que esta práctica de la noviolencia integral es como un iceberg. Debido a que la densidad del hielo es cerca de una décima parte menor que la del agua líquida salada, esto hace que el hielo flote y que podamos ver sólo el 10% de él emergiendo de la superficie. De la misma forma, alguien quien honra la tierra, el alma y la sociedad, sólo podemos ver 10% de lo que esta persona hace. La punta del iceberg, el 1%, son los actos de desobediencia con Gran Amor. El resto del iceberg arriba de la superficie del mar, el otro 9%, es el programa constructivo visible conformado por las alternativas a la sociedad de crecimiento industrial como lo son: los medios de información independientes, la justicia restaurativa, la medicina preventiva, la ecología del regalo, las monedas libres, la permacultura y agro-ecología, comida orgánica, local y entrelazada con respeto y dignidad hacia l@s trabajador@s. Y por último, el 90% del iceberg no se puede ver, es la parte de la purificación de la mente y el corazón, es el arduo trabajo de la transformación interna. Y aunque esta transformación personal es invisible en la superficie, es el fundamento para que el resto flote. Aquí una vez más la importancia de tener una práctica personal que nos ayude a transformarnos internamente, para amaestrar a nuestra mente y poder personificar el valor, la impavidez, el Gran Amor, la humildad y claro, la noviolencia y la anarquía.
La (r)evolución externa (1% + 9%) junto con la (r)evolución interna (90%) hacen la (r)evolución total del espíritu humano.
Te comparto tres ejemplos de cómo cuando los humanos juntamos nuestras energías y amor con la Tierra, cosas muy poderosas surgen.
A. El Jardincito (R)evolucionario. Al lado de Casa de Paz hay un edificio con 50 unidades donde viven cerca de 200 personas. El conjunto de departamentos tenía al frente de la calle, un césped donde constantemente se llenaba de basura, botellas de alcohol, colillas de cigarros y escremento de perros. Un día platicamos con uno de los vecinos, Don Maurelio, acerca de la justicia y autosuficiencia alimentaria, de la agroecología así como del problema que existe con los pesticidas y fertilizantes. Esa misma semana, Don Maurelio plantó una mata de chiles en una maceta y, como vive con su esposa en la plata baja, la empezó a regar regularmente con una manguera desde la ventana de su baño. Al cabo de unos meses, se convirtieron en tres macetas más y eso animó a una de nuestras hermanas que vivía en Casa de Paz para organizar un taller para plantar árboles frutales. Así que nos juntamos cerca de 40 vecin@s y plantamos 17 árboles de ciruelas, higos, duraznos, chabacanos, peras, cerezas, manzanas, limones, nísperos y guayabas. Al cabo de un par de años, la administradora del edificio abrió un par de tomas de agua para poder regar el jardín y ahora ese que era sólo pasto desolado, ahora está lleno de flores, nopales, jitomates, pepinos, fresas, cebollas, lechugas, espinacas, acelgas, epazote, cilantro y ahora hasta ¡hay uvas colgando de una cerquita a lo largo de la banqueta! Se ha convertido en un mini-bosque de comida orgánica y local donde la gente puede preparar sus salsas hiper-locales y frescas, entre otras cosas.
Y como Don Maurelio, hay mucha gente más en la cuadra con una sabiduría que sólo está esperando la oportunidad de ser compartida, si la oportunidad se presenta.
B. Lote rescatado en el Jardín “Construyendo Comunidad Desde Abajo”. Un ejemplo hermoso de como la meditación es tierra fértil para nuestra liberación colectiva, sucedió cuando empezamos a convertir más y más lotes baldíos abandonados en jardines y granjas urbanas en Oakland. Uno de estos jardines (en el barrio de Fruitvale donde el hermano policía Johannes Mehserle asesinó en el metro al hermano africo-americano Oscar Grant) se llama “Construyendo Comunidad Desde Abajo”. Este pequeño predio pasó de ser un lugar que acumulaba basura y chatarra, a un lugar lleno de flores y cajones de frutas y verduras orgánicas que much@s vecin@s les atienden. Incluso, jóvenes que estaban involucrados en pandillas, pintaron un mural.
Después de tres años de actividad, se le ocurrió a la administración de la ciudad de Oakland darnos una notificación de 30 días para desalojar el predio. Lo que no sabían es que las raíces ya estaban muy fuertes para poder desalojarnos de esta forma, así que la comunidad organizó un convivio (en forma de desobediencia con Gran Amor) donde vinieron cerca de 150 personas de muchas partes de la red de activistas, abogad@s, jardiner@s y granjer@s urbanos, junto con much@s vecin@s.
Para empezar el convivio, l@s que vivimos en Casa de Paz decidimos ir al comienzo para meditar y darle un tono de celebración al encuentro. Cuando abrí los ojos, un grupo de chic@s nos estaban mirando fijamente y uno de ell@s, un joven africo-americano que habrá tenido como 12 años, me preguntó: “¿Por cuanto tiempo estuvieron sin moverse?” Sonriendo le conteste: “60 minutos”. Sus ojos se abrieron aún más y nos preguntó: “¿Cómo le hacen?” Con una sonrísa aún más grande le invite: “¿Quieres aprender?” Para mi sorpresa, no sólo él sino también ¡l@s otr@s 11 chic@s se unieron para meditar junt@s y aprender el truco de no moverse!
El convivio, como una expresión de satyagraha/desobediencia civil noviolenta, fue un éxito. Una semana después la administración de la ciudad de Oakland se disculpó diciendo que todo había sido un error.
Aunque nosotr@s sabemos que otros tres jardines que hemos creado no han tenido la misma suerte, este pequeño predio sigue siendo un jardín donde la gente se reúne y cultiva su propia comida y comunidad.
C. Ocupar la Finca y el Gill Tract — (Occupy the Farm, nacida del movimiento Ocupa/Occupy). Una coalición de residentes locales, agricultures, estudiantes, investigadores y activistas en abril de 2012 sembraron más de 15,000 plantas de semilleros en el Gill Tract. Esta tierra constituye las últimas 10 hectáreas de suelo agrícola de clase I en la zona urbana del Este de la Bahía de San Francisco. El Gill Tract es un terreno público administrado por la Universidad de California, quien planea venderlo a intereses privados. Por décadas, la Universidad de California y su socio Monsanto (entre otros), han frustrado intentos por parte de la comunidad para transformar este terreno en un espacio de agricultura urbana regenerable y de educación práctica. Con indiferencia premeditada hacia el interés público, los administradores de la Universidad tienen planes de pavimentar este terreno de primera calidad agrícola para establecer un espacio comercial y una tienda de autoservicio con un gran lote de estacionamiento.
Ocupar la Finca busca abordar problemas estructurales de salud y desigualdad en la Bahía que resultan por falta de acceso a comida saludable y tierra. La acción del 2012 y que continúa hasta ahora después de 3 años, reclama el Gill Tract para demostrar y ejercer el derecho de la gente a usar el espacio público para el bienestar público. Esta finca está sirviendo como eje para la agricultura urbana, fuente de comida saludable y accesible para los residentes de la Bahía, así como también un centro educativo. “Cada pedazo de tierra urbana no contaminada debe ser sembrado, si queremos recuperar el control sobre cómo se cultivan los alimentos, dónde se cultivan y quién los recibe,” dijo la hermana Anya Kamenskaya, una egresada de la Universidad de California Berkeley y profesora de agricultura urbana. “Nosotr@s podemos cultivar espacios subutilizados como este para crear alternativas al control que tienen las empresas en nuestro sistema alimentario”.
La Universidad de California Berkeley ha decidido privatizar este bien público para establecer espacio comercial e irónicamente es una tienda de comestibles de alta gama. Esto es sólo una pequeña parte de una serie de esquemas de privatización. Durante las últimas décadas, la Universidad ha desplazado cada vez más las agendas de investigación sobre la agricultura sustentable para darle paso a la biotecnología, lo cual es financiado por empresas como Monsanto, Novartis y British Petroleum (BP).
Frustad@s de que el diálogo tradicional haya caído en oídos sordos, muchos de estos residentes locales, estudiantes y profesores se unieron en Ocupar la Finca para así recuperar el Gill Tract. Este grupo está trabajando para fortalecer a las comunidades para que así ellas tengan control sobre sus propios sistemas alimentarios para crear un futuro estable y justo, es decir: obtener Soberanía Alimentaria.
Y aunque esta granja orgánica que alimenta a personas necesitadas en el este de la Bahía, hoy en día se sigue viendo amenazada por el cemento y la privatización (como se muestra en este reportaje de 2 minutos de TeleMundo), con la constante lucha y solidaridad, en parte narrada en el documental Occupy The Farm y la colaboración de agricultores urbanos, profesores, activista y estudiantes, la granja y su comunidad siguen en pie y fuertes.
Ocupar la Finca está en solidaridad con la Vía Campesina y el Movimiento Sin Tierra, y desde luego que en Casa de Paz estamos apoyando en lo que podemos con esta desobediencia con Gran Amor y por el bienestar de tod@s.
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